Eurométodo
empresas y administraciones públicas pueden utilizar en función de sus intereses y necesidades. Cada
método aporta su estructura con unas particularidades determinadas. Cuando una empresa privada o un
organismo público pretenden adquirir un sistema de información informático debe establecerse una
buena colaboración y relación de entendimiento entre el proveedor y el cliente.
Uno de los principales obstáculos en la consecución de este mutuo entendimiento es la variedad de
metodologías de desarrollo existentes, cada una de ellas con sus conceptos y terminología propios y en
general, con un vocabulario procedente de la ingeniería del software, que no siempre es fácilmente
comprendido por usuarios, compradores, responsables de la contratación, etc. Ante una determinada
oferta de contratación pueden acudir distintos proveedores, y cada uno de ellos, puede ofrecer un análisis
realizado con una metodología distinta, lo cual dificulta la toma de decisión sobre la opción más
adecuada. ¿Habría alguna solución?
Ésa fue la pregunta que se hizo la Comisión Europea, es decir, ¿es posible establecer un marco común
para toda la Unión Europea de manera que clientes y desarrolladores puedan utilizar especificaciones
comunes?
Con esta idea se pensó en la elaboración de un
Eurométodo que en realidad no es una metodología de
desarrollo de software, sino un marco con el que pueden
guiarse desarrolladores y clientes tanto de empresas
privadas como administraciones públicas, para adquirir sistemas de información software con garantías.
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